lunes, 19 de julio de 2010

El Daredevil de Chichester y McDaniel II.

Y llego la caída; y es que la etapa de Chichester que parece movida a base tropezones (Caída de Kingpin, Caída del Paraíso) alcanzó su punto culminante con una saga tan atrevida como “herética” que solo podía tener cabida en una década, la de los 90 donde nada era ya sagrado.

Como siempre empezaremos por lo créditos, la etapa que se va analizar a continuación corresponde a los números 319-332 USA (de Agosto de 1993 a Septiembre de 1994) al frente del equipo creativo estarían siempre, Chichester a los guiones y McDaniel a los lápices, salvo en el número 328 (Mayo de 1994) que sería realizado por el colorista (y guionista de la mayoría de los anuales de DD en los 90) Gregory Wright a los guiones y por un casi desconocido Sergio Cariello (Azrael) a los lápices, de nuevo Ralph Macchio sería el editor, la mayoría de los números estarían entintados por Hector Collazo (señalar que algunos con el 320 de Septiembre de 1993, o el 324 de Enero de 1994 estarían entintados por el hoy conocidísimo Michael Avon Oeming, coautor entre otras cosas de Powers), por ultimo el color volvería a correr a cargo en su mayoría de Christie “Max” Scheele.

Esta ultima etapa de Chichester/McDaniel al frente de DD se estructura en dos grandes sagas de siete números cada una de ellas, la primera de las cuales titulada como “Caída del Paraíso”, pretendió (sin conseguirlo como ha demostrado el tiempo) marcar un antes y un después en la historia del cuernecitos, y para ello, al igual que ya ocurriera “La Caída de Kingpin” que ante todo fue un intento de dar replica a “Born Again”, Chichester recurre a lo más profundo, a las mismas raíces de lo que en su día planto Miller en la strip, solo para retorcerlas y tratar de hacerlas suyas de nuevo, y desgraciadamente con escaso éxito.

La saga en su momento supuso un autentico impacto, y de hecho fue considerada como “novedosa y valiente” , sin embargo el paso del tiempo la ha puesto en su sitio, y vista en la actualidad cabe enmarcarla en la tendencia plenamente noventera, de “crear” replicas más “oscuras” de los héroes, tendencia en la que se podrían embarcar desde Veneno (que paso de ser un más que interesante villano, a ser un más que patético “héroe”), el USAagente, Thunderstrike o incluso un remozado Maquina de Guerra (que vivió su época dorada en los 90), esta tendencia pese a ofrecer algún producto digno (Thunderstrike) ha sido por lo general bastante repudiada con el paso de los años; y en el caso de DD el asunto pasó por endurecer al personaje mismo tanto en actitud como en estetica.

Dicho todo esto la saga, esta se inicia en el 319 USA, con una gran y simbólica portada de McDaniel que ya anuncia que algo muy importante esta a punto de ocurrir y finalizará en el 325 USA, número doble y de portada también muy significativa.

Hace años un peligroso e importante gas fue perdido en el metro de New York, una de los botellas que contenían ese gas no se rompió y ahora son muchos los que desean encontrar ese gas de una forma u otra, Eddie Passin se convertirá en un personaje clave en la trama central de la obra ya que el fue quien en su momento escapo con el gas experimental se trata en realidad de un antiguo agente de una agencia secreta del gobierno que en 1963 y tras enterarse de los planes de su jefe (el General “TNT” Kendoy) se fugo con el gas; psíquico de bajo nivel sus pesadillas y la tortura vivida desde su fuga es lo que esta volviendo locos a algunos de los vagabundos con los que convive, DD decide investigar la situación y se ve envuelto en algo mucho más grande.

En el primer número además de sentar las bases de la saga Chichester aprovecha para ir perfilando las ideas que quiere plasmar y así vemos como Garrett (el ciborg coprotagonista de Elektra Asesina) es integrado en la continuidad oficial (integrando así de paso esta obra de Miller/Sienkiewicz en la misma, algo que hasta este momento nunca había estado del todo claro, ya que no olvidemos se publico en su momento bajo el sello Epic), y como su cuerpo cibernético esta conservado en un laboratorio secreto donde en sus ensoñaciones se cree el presidente de los USA (puesto en el que acabo en Elektra Asesina), obtener el control del ciborg será el objetivo de la Sepentería una misteriosa organización que perteneciente a La Mano pretende ir más allá de esta, además presenta a la periodista del Bugle, Sara Harrington, que empieza a mostrarse muy interesada en los trabajos de Urich sobre DD, a esto se debe añadir la presencia del duplicado demoníaco de DD procedente de las Guerras Infinitas y que jugara un relevante papel en la saga.

De esta forma y planteado el elemento central de la historia, esta se convierte en un continuo ir y venir de personajes que sin ton ni son pretenden hacerse con el control de Passin y con el del gas mientras que un DD desbordado por la situación, opta por cambiar de traje, y ponerse uno nuevo (que más que traje es armadura) para garantizarse una mejor defensa (“y es que tiempos más duros requieren recursos más duros”), pero los cambios en la serie introducidos por Chichester, en esta saga no serán meramente estéticos, si no que irán mucho más allá cuando Harrintong, entre en casa de Urich y se haga con sus anotaciones sobre DD no dudando en publicar a toda página la identidad secreta de Matt (un recurso que años más tarde emplearía Bendis, pero desde luego sacándole mucho más jugo del que sacará Chichester en estos momentos), esto llevará a Matt (gracias a la muerte de se doble demoníaco que al morir se transforma en una replica suya), a fingir su propia muerte y a iniciar una nueva vida con nueva identidad incluida (Jack Battlin, para más señas) en un intento de cambio radical en el status quo de la serie, que ni Chichester ni mucho menos sus sucesores supieron aprovechar.

Sin embargo lo más impactante estaba por llegar, y era ni más ni menos que el regreso de Elektra el mítico personaje creado por Frank Miller (personaje al que hasta este momento solo había escrito él), regresa a la vida gracias a las maquinaciones de la Serpentería, pero regresa eso si divida en dos, por un lado una Elektra “purificada” que fue la que Matt salvo con su amor, y por otro lado, todo lo malo y lo impuro de Elektra (que fue lo que Matt purgó) que es la parte que interesa a la Sepentería.

Lejos de nuestra intención esta el negar la posibilidad a cualquier otro escritor que no sea Miller (un Miller que por cierto montó en cólera con la noticia y aun a día de hoy cuando le preguntan por Marvel lo único que responde es Elektra está muerta”) de escribir historias sobre Elektra, pero lo cierto es que para lo que se ha escrito con este personaje desde su regreso estaba bien donde estaba, ya que el paso del tiempo ha venido a demostrar que solo Frank Miller ha podido escribir y entender en su plenitud al personaje, algo fácil de comprender en una creación tan personal.

Son tantas y tan espectaculares las revelaciones que se suceden a lo largo de la saga que uno no puede si no ignorar lo que en principio es la trama central de la misma, (el asunto del gas, Passin y demás) pero lo cierto es que el confuso y en ocasiones pretencioso guión de Chichester ( con multitud de personajes interesados en el gas, Marta Plateada, Veneno ..., y conspiraciones varias) y el aun más confuso y “difícil de leer” dibujo del espectacular McDaniel, no ayuda mucho a ello, por lo que al final lo que queda de la saga (aparte del imenso galimatias que le hace parecer mejor y más complejade lo que en realidad es) es el regreso de Elektra y el fallido intento de cambio de status quo en Matt, y es que leyendo la saga en su momento, las pretensiones de Chichester parecía estar en dejar su nombre en la historia del hombre sin miedo por encima incluso del de Miller, para lo cual no dudo en acudir a su etapa y retorcerla hasta limites insospechados...fuera o no esa su intención lo cierto es que fallo estrepitosamente, y de los cambios introducidos en su etapa solo perduran a día de hoy el regreso de Elektra.

Queda una última saga para finalizar el ciclo de Chichester/McDaniel al frente de la strip, la saga en siete partes conocida como “El árbol del conocimiento”, que trascurrirá a lo largo de los números 326-332 USA, la historia supone una vuelta de tuerca más a las conspiraciones varias (en este caso relacionadas con las nuevas tecnologías) en la que como viene siendo habitual los personajes invitados pululan en casi cada número (Capitán América autentico coprotagonista de la saga, Puño de Hierro, o Gambito serán algunos de ellos), y en la que la pareja creativa vuelve a tejer una compleja (no por inteligente, sino por pretenciosa y difícil de leer) y aburrida historia con escaso interés, en la que apenas se ahonda en las consecuencias de la “muerte” de Matt para sus seres queridos, y en la que la Hydra de Von Struker volverá a ser rival (como en “Juego Mortal” o en menor medida en “La Caída de Kingpin”), destacaran además de las espléndidas portadas de McDaniel, los encuentros entre Matt y Elektra...encuentros que sin embargo distan mucho de estar a la altura de los de la época de Miller, etapa que quiera o no Chichester siempre se va a comparar, para su desgracia, su trabajo al frente del cuernecitos, el mismo se lo buscó en todo caso.

Finaliza así una colaboración (queda Elektra: Raíz del Mal, donde se reúne de nuevo la pareja creativa en torno al regreso de Elektra, pero eso queda para más adelante) que en su momento rompió moldes pero a la que el paso del tiempo no ha beneficiado en absoluto, quedando casi como una suerte de nota al margen en la historia de Daredevil y cuyo mayor legádo es también su mayor lastre.

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