viernes, 30 de julio de 2010

El Daredevil de Scott Lobdell y Cully Hammer, un fin y un principio.

Se acerca el fin de una era, después de cerca de 400 números el volumen uno de Daredevil llega a su fin, pero como todo final, viene seguido de un principio en el horizonte esperan los caballeros de Marvel, liderados por cierto Hombre sin Miedo.

Los números que tocan continuación son lo últimos del Volumen 1 de Daredevil antes de su paso al sello Marvel Knights, en concreto los que van del 376 al 380 USA (Junio-Octubre de 1998), los cuatro primeros números estarán realizados por el ínclito Scott Lobdell (Uncanny X-Men) a los guiones y Cully Hammer (Blue Beetlee) a los lápices (el cual solo fallaría en el 378 dibujado por Tom Morgan y entintado por Scott Hanna), y compondrán un único arco argumental, mientras que el 380 y último será realizado por un equipo creativo que ya estuviera años atrás en Daredevil y que por lo menos en ventas dejaron un buen recuerdo, D.G, Chichester y Lee Weeks, en la primera saga el entintado sería realizado al alimón por el propio Cully Hammer y por Jasón Martín (Livewirres), mientras que en el último lo haría Robert Campanella (Batgirl), el color correría a cargo de nuevo de Cristie “Max” Scheele y las labores editoriales la llevaría a cabo el desconocido Tim Tuohy.

La saga realizada por Lobdell, presenta muchos de los virtudes y defectos del polémico guionista, y es que el arco parte de un interesante argumento, una intrigante historia de espías ambientada en Francia donde un misterioso Laurent Levausser se despierta en un hospital lleno de heridas, sin recordar exactamente quien y como ha ido a parar allí, con un gran dolor en los ojos como si no estuviera acostumbrado a ver y con el resto de los sentidos aumentados y desbordados siendo incapaz de controlarlos (no hace falta ser un lince para saber quien es Laurent, ¡una identidad más y van...!), cuando llega a su domicilio se encuentra con un traje de spandex y sus dudas no hacen si no aumentar ("¿soy un héroe, un villano, un zumbao?", se pregunta Laurent), a medida que avanza la trama descubrimos que Daredevil aceptando ayudar a S.H.I.E.L.D, ha sido “reprogramado” con unos recuerdos nuevos, y una nueva apariencia (lo que incluye una operación que le devuelve la vista) para llevar a cabo una misión secreta, la cosa se complica cuando la persona que le ha “reprogramado” (que por otra parte es el único que lo sabe) sufre un brutal accidente de trafico en el que fallece (en un argumento que anticipa las bases del Sleeper de Ed Brubaker y Sean Philips), dejando así a Matt atrapado en su nueva identidad y sin posibilidad aparente de recuperar su autentico yo, a lo largo de la saga se va descubriendo que la misión de Daredevil consistía en recuperar una lista en la que figuraban todos lo agentes secretos de S.H.I.E.L.D en el mundo, lista que había caído en manos de Kingpin, y que estaba dispuesto a vender al mejor postor en Paris, el motivo por el cual DD fue “reprogramado” y por el que no conocía la misión es para evitar a los psiquicos y de esta forma poder infiltrarse y detener todo el asunto antes de que pasase a mayores, se suponía que el agente (en este caso DD) iría sabiendo cual su misión por una serie de pistas estratégicamente colocadas, al final DD salva el día y gracias a Foggy y a S.H.I.E.L.D termina por recuperar su identidad.

Como señale al principio la saga permite ver todo lo bueno y lo malo de Lobdell como guionista, y es que en torno a un idea interesante (y que hace años que no se trataba en la colección, y es que en su opinión “lo realmente interesante de Matt es que es ciego, vamos a fijarnos en eso”) como es el que Matt recuperase la vista, Lobdell plantea un atrayente argumento. ¿qué pasa si un héroe ha perdido la memoria y la única persona en el mundo capaz de devolvérsela fallece?, para dar con un comic que sin embargo deja bastante que desear, los motivos por los que Matt se someta a la “reprogramación" son en el mejor de los casos confusos, en el peor directamente estúpidos, la trama central de la saga (lo de la lista de agentes y recuperarla), no se sostiene, ya que si Fisk tiene esa lista el primero en usarla sería él, y una vez ya con la información creo que poco se podría hacer para detenerle, además uno no termina de entender los motivos del por que si S.H.I.E.L.D fue capaz de devolverle la vista a Matt al “reprogramarlo” no se la deja al “desreprogramarlo” y más teniendo en cuanta que DD ya había recuperado la memoria por su cuenta antes de esta “desreprogramación”, y es que es en este tipo de elementos donde se ve lo peor de Lobdell: buenas ideas, pésimo desarrollo y resolución, lo mejor de la saga sin duda es el excelente trabajo de Cully Hammer que al menos hace unos comics atractivos de ver.

Finalizada la historia de Lobdell, le toca el turno al número 380, a cargo del dúo Chichester/Weeks, el comic transmite nostalgia por los cuatro costados, no solo se trata del último número del Volumen I de la cabecera si no que retoma uno de sus equipos creativos más recordados del pasado reciente del cuernecitos, autores de (entre otras cosas) la interesante La Caída de Kingpin, pese a que el paso del tiempo no ha tratado demasiado bien a la etapa de Chichester (ni con Weeks ni, sobre todo con McDaniel), lo cierto es que su etapa al frente de los guiones del héroe sin miedo fue la ultima gran etapa del mismo, si no desde el punto de vista cualitativo (aunque en su momento sus sagas resultaban impactantes) si desde un punto de vista cuantitativo ya que desde la marcha de Chichester y pese a etapas tan interesantes como la DeMatties/Wagner o la de Kesel/Nord, las ventas no habían hecho si no descender.

El número con más páginas de lo habitual, nos presenta a un Weeks mucho más maduro y que a la clara influencia de Mazzuchelli que se apreciaba en su anterior etapa ha añadido ahora la del mejor Byrne, dando como resultado un estilo propio caracterizado por una gran capacidad narrativa y por una excelente composición de página, por su parte Chichester plantea una interesante historia ambientada en el pasado donde destaca la aparición de Fisk o Bullseye y que finaliza con una emotiva visita (ya en el presente) de Matt a su madre.

Finalizan así más de 30 años de historias, y se inicia un nuevo camino a través del sello Marvel Knights un camino que superia los 10 años de vida antes de la renumeración a la altura del número 500, pero eso es otra historia...y aqui será contada.

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