miércoles, 18 de agosto de 2010

El Daredevil de Brian Michael Bendis y Alex Maleev I.

Después de un inicio caracterizado por la sucesión de sagas cortas, por fin llego al Daredevil bajo el sello Marvel Knights un equipo estable para protagonizar una etapa que más de uno ha llegado a poner por encima de la de Miller en lo que a calidad se refiere, no llegare yo a esos extremos, pero al igual que en la etapa de este o en la de Nocenti, antes de entrar en materia propiamente dicha, toca realizar una reflexión global de la etapa en si.

Empezando con los “títulos de crédito” globales de la etapa, esta se desarrolla desde el Marvel Knights: Daredevil volumen II 26 USA hasta el 81 (Diciembre de 2001 a Marzo de 2006), y cuenta con la interrupción a la altura de los números 51-55 (Noviembre 2003- Febrero 2004) del arco de David Mack concebido para dar descanso a los autores, Bendis será el encargado de guionizar toda la etapa, mientras que Maleev se encarga de los lápices y portadas (magnificas por otra parte) de todos los números excepto de los comprendidos entre el 38 y el 40 (Diciembre 2002-Febrero 2003) dibujados y entintados los dos primeros por el argentino Manuel Gutiérrez (Punisher) y el tercero por la pareja formada por Terry y Rachel Dodson (Spiderman/Gata Negra: El Mal que hacen los hombres), aun así Maleev se ocupa de las portadas de los tres números,

El dúo formado por Bendis y Maleev es sin duda uno de los más prolíficos de la historia de Daredevil, Bendis de por si es el guionista que más tiempo ha estado hasta el momento con el personaje (55 números), mientras que Maleev con 48 números es el segundo que más números ha dibujado para la serie (solo superado por el casi centenar del mítico Gene Colan), además su colaboración es la más larga que un mismo equipo creativo ha tenido en la colección, por lo tanto estamos ante una etapa clave en la historia del hombre sin miedo y que sin duda a supuesto un antes y un después para el personaje.

Habiendo realizado ya con motivo del post dedicado al DD de Bendis y Mack, una breve biografía del primero le toca ahora el turno a Alex Maleev, excepcional dibujante de origen búlgaro, cuya carrera en el mundo del comic USA ha estado ligada casi en exclusiva a Bendis, y es que tras su labor en Batman, durante la saga Tierra de Nadie, su trabajos con Bendis han sido continuos, primero en Sam and Twich para Image, luego en Daredevil, y tras el fin de su etapa en el cuernecitos han seguido colaborando en el especial de los Illuminaty, en la miniserie de los mismos, en un número de los New Avengers o en Spiderwoman, su estilo foto-realita y a la vez deudor en cierta medida del de Sienkiewicz y Mignola se ha caracterizado durante su etapa en DD por gran dominio de la narrativa y la compsición de página, lo que unido a su impecable dominio de las luces y las sombras han convertido a Maleev en artista nacido para dibujar la serie.

Entrando ya en la etapa en si, lo cierto es que a pesar de estar estructurada en varios arcos arguméntales (sin duda para facilitar su posterior recopilación en tomo), si algo a caracterizado al DD de Bendis y Maleev, ha sido su condición de historia-rió, una historia que fluye desde sus mismo inicios, y cuyo planteamiento inicial se va desarrollando a lo largo de los diferentes arcos.

La idea de la que parte Bendis no es en si nada original, y se muestra en un principio extremadamente deudora de la etapa Chichester en el cuernecitos, un nuevo jugador aparece en la ciudad dispuesto a tomar el lugar de Fisk en su imperio del crimen (aquí se observan ecos de La Caida de Kinping de Chichester/Weeks), tal situación termina como no podía ser de otra forma implicando a un Daredevil, que ve su identidad secreta comprometida cuando en la portada de un importante periódico neoyorquino se desvele que DD y Matt son la misma persona (planteamiento similar al usado en Caída de Paraíso por Chichester/McDaniel), a partir de este momento se estructura toda la etapa con un Matt, tratando de demostrar que no es DD mientras que su mundo comienza a derrumbarse.

A pesar de que la idea en si no es original, si lo es el desarrollo de la misma, y es que Bendis decide no hacer trampas, y asume la revelación de la identidad del héroe con todas sus consecuencias, de esta forma se distancia y supera con creces al etapa de Chichester que resolvió el tema de la identidad secreta de forma tramposa (Matt finge su propia muerte), y que no profundizó en absoluto en un tema que Bendis ha demostrado que puede dar muchísimo de si.

A lo largo de toda la etapa, Matt tendrá que hacer frente a una serie de situaciones que le desbordaran por completo, pero antes las que nunca se rendirá, demostrando así Bendis, que si bien no domina a la perfección la continuidad del personaje (a lo largo de la etapa habrá varios errores al respecto), si conoce y comprende quien es Matt Murdock, y como actuarían ante situación así, de la mano de Bendis y Maleev, Daredevil da un paso adelante, asumiendo su rol como protector de la Cocina del Infierno hasta sus ultimas consecuencias, la etapa alcanza cotas elevadísimas de calidad al medida que la trama avanza (lenta pero segura), y culmina en una brillante y lógica resolución.

Atrás quedan casi 50 números de colaboración, en los que Matt ve su vida destruida el verse comprometida si identidad secreta, se autoproclama “Kingpin” de la Cocina del Infierno, o asume por fin la muerte de Karen (que parecía que había muerto y nadie se había enterado), una etapa maravillosa, que se sitúa entre las mejores del personaje, y que asume y desarrolla el legado de Miller (sin limitarse a emularlo como hizo Chichester) como probablemente nadie había hecho antes.

Sin embargo y pese a todo esto, hay toda una serie de sombras que deslucen la etapa y que le impiden situarse por encima de la de Miller o de la de Nocenti/Romita Jr, y es que la lentitud y la morosidad habitual en Bendis, se hacen muy patentes en un Daredevil, que no parece concebido para el formato de garpa mensual (formato que por otra parte Bendis ha dado siempre muestras de no manejar en absoluto), lo que Bendis cuenta en 51 números, se podía haber contado en 30 y aun así sobrarían comics, esto unido al manejo erróneo de la continuidad (la saga La edad de oro es un paradigma el respecto) o al uso discutible de algunos personajes si se evalúa su trayectoria anterior (la mujer y el hijo de Fisk por ejemplo), hacen que si bien la etapa Bendis/Maleev, sea de sobresaliente no llegue a la matricula de honor que si alcanzan las dos etapas antes mencionadas, sin embargo solo el que se pueda comparar sin demasiado temor con esos comics demuestra la calidad de un comics que hicirón historia.